Audiocuento: Los coatíes y el tapir


 

 

 

 

 

 

 

 

 


Una familia de coatíes vivía muy cerquita de don Tapir, un vecino bastante malhumorado.
Un día, el hijo más chiquito de los Coatíes golpeó la puerta de don Tapir:
―Buenos días, ¿podría usted prestarme un kilo de harina? Mi mamá quiere preparar una torta.
Don Tapir accedió de mala gana y solo porque les debía varios favores a los Coatíes. Después de un rato, el pequeño coatí volvió a golpear la puerta de don Tapir:
―Disculpe la molestia, pero a mi mamá le falta medio kilo de azúcar para terminar la torta.
Don Tapir, ya muy fastidioso, le entregó, en lugar de azúcar, medio kilo de sal.
Esa tarde la familia de los Coatíes en pleno se presentó en la casa de don Tapir:
―¡Feliz cumpleaños, vecino! ¡Esta torta es para usted!
Don Tapir probó la torta, pero no se sorprendió ni un poquito cuando notó que estaba terriblemente salada. Desde ese día, y por su propio bien, intentó ser un poco más amable con sus vecinos.
Paula Moreno